sábado, marzo 04, 2006

LOLA Y SU PEPE



Estoy de mi Pepe hasta las narices.
Se despierta sistemáticamente de mala leche. Obsesionado con la limpieza, el orden, sus calzoncillos y los calcetines. Pretende que a las siete de la mañana, la casa esté en perfecto orden de revista, dice que le da asco la suciedad -anda qué a mí, que soy la que limpia todos los días-, quiere ponerse todos los días unos calzoncillos y calcetines limpios, pero, ¿en qué país vivimos, señor García? El servicio está muy mal, que no se entera usted. Voy a hacer solemne acto de contrición, que no de voluntad y, mañana, recordádmelo, por favor, al acostarme me meta en la calma con el traje de faena –el plumero y la bayeta y la mudita de mi Pepe- para no perder tiempo y, cuando me levante, vaya limpiando según paso por las sucesivas estancias a la par que extendiendo la alfombra roja para que pase mi dueño y señor, el García, ¡no te jode! De verdad este hombre lo que va a lograr con su actitud es que me afilie a un sindicato feminista - no sabe con quién se juega los cuartos pues es una rama femenina con una mala sombra.
Que nadie se lleve a engaño: ser mujer pringada en estos tiempos no tiene futuro. Lo que se lleva es la mujer perro, que ladra por todo y todos acatan sus deseos con altruismo, generosidad y afán de agradar.
“Mamá no se te olvide coserme el pantalón” “Lola acuérdate de comprar pasta de dientes” “Lola, hija, pon comida a mis periquitos, que eres muy despistada” “Madre, se acabó mi desodorante, reponlo porque el agua está muy fría para lavarme” “Guau, Guau”…hasta Pepe Perro pide y yo sola frente al mundo y mi subconsciente gritando: ¡Que os den morcillas a todos!... Lola, Lola, Lola… me van a desgastar el nombre con lo caro que está todo, como para comprar un nombre nuevo, así que a todos les contesto lo mismo: un sí rotundo, que a nadie le quepa la duda que el cerebro limitado y dormido de Lola ha registrado las solicitudes en riguroso orden de llegada. Ahora bien, de ahí a pensar que “la bragazas de Lola” las ejecute es otra historia porque me ha recomendado, mi psiquiatra por correspondencia, que el problema que más me acucia es la sobrecarga de mega trabajo que soporta mi cuerpo y la sobredosis de información que mi cabeza no puede almacenar.
Resumiendo: me ha dicho mi amigo, el psiquiatra, que desconecte, así que procuro desenchufarme del mundo un par de minutos todos los días, ¡ah!, y que diga muy alto: “ID a freír mandingas” No sé lo que son las mandingas ni falta que hace porque, si lo averiguo, es una información más… Vamos, que mi valía se ciña a que cada día tenga la casa como los chorros, los calzoncillos y calcetines listos para uso y desuso, no me digáis que no es triste desaprovechar una mujer como yo en esos menesteres… es un matricidio, un crimen pasional.
El caso es que me altero porque veo que no llego, me precipito al abismo del tiempo que se me escapa sin pedirme permiso y, la gran Lola, empequeñecida, disminuida, a mil revoluciones por minuto aguantando al toca pelotas de mi jefe, limpiando, lavando y cosiendo calzoncillos, casando calcetines y, siempre, alguno se me queda sin pareja y, claro, bronca al canto de mis hombres.
Me preocupa que termine “cazando moscas”, si es que ya no lo estoy, por culpa del madito tiempo y esa especie que creó Eva en el paraíso porque le sobraban horas para que madurara la manzana y se aburría, ¡ay si llego a estar yo allí!
¿Cuándo es el día de la mujer trabajadora? Juro, por mis huesos, que ese día me cruzo de brazos.
¡Joder!, no sé a vosotros, pero me acabo de poner un dolor de cabeza yo solita a mí misma mismamente, sin ayuda de nadie…
MªÁngeles

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres estupenda :)