martes, septiembre 05, 2006

LOLA HABLA

-Pepe, mira… me he comprado unas sandalias brasileñas.
-Estupendo, Lola; ya tienes treinta y tres como Jesucristo.
-No, Pepe; yo no tengo edad.
-No, si digo de sandalias.
-No seas exagerado, un poquito de por favor... Sólo me he comprado siete pares.
-Uno para cada día de la semana que junto a las de años anteriores…
-¡Cállate!... Mira que me pongo a hablar de tu obsesión por los calzoncillos.
-Por cierto, ¿qué haces con ellos? Me desaparecen todos.
-Son tan sexys que me los pongo yo… no te fastidia. Que sepas que son de cura revenido.
-Que sepas, Lola, que si son feos, te recuerdo que me los compras tú.
-En el mercadillo es lo que despachan.
-Ya me imagino. Viendo tus bragas, no puedo esperar otra cosa.
-¿Qué pasa con mis bragas, Pepe?
-Que son de monja desnatada.
-Pepe: no hay diálogo entre nosotros; necesito comunicarme.
-Y yo necesito terminar estas facturas, si no, no cobraré y no tendrás dinero para ir al mercadillo y no podrás comprar tu dosis de bragas.
-Pepe…
-Hummm?...
-Pepe: ¡Leches!, mírame cuando te hablo.
-¿Qué, Lola?
-¿Te acuerdas cuando hablábamos todo seguido?
-Eso, ¿lo hemos hecho alguna vez?
-Pues claro…
-¿Cuándo, Lola?
-Cuando no nos conocíamos.
-Pepe…
-Evapórate, Lola; vuelve dentro de un rato.
-Vaaale; voy a llamar a Mari Pili. En un minuto estoy aquí.


-¿Mari Pili?
-Hola, Lola; te iba a llamar ahora mismo… ¿Qué tal?
-Tengo un amante.
-Ya sé como dices…
-¿No te ha impresionado mi revelación incandescente, Mari Pili?
-Pues no.
-Ya… Oye, ¿en el mercadillo venderán de eso?
-¿Cuál?
-Amantes, hija, que no te enteras…
-Vamos a ver, Lola: no me pongas dolor de cabeza, ¿para que quieres un amante?
-No sé… Para que me escuche… Para que seamos una calle de ida y vuelta… ¿no?
-Ponte a hablar con Pepe Perro, será más fructífero.
-Me ladra, Mari Pili.
-¿Quién: Pepe o el perro?
-Los dos… y me frustro.
-Yo no quiero ni amantes ni nada.
-¿Y con quién hablas?, ¿con quién intercambias sentimientos?
-Con nadie; vivo divinamente.
-Oye… ¿Y no te duelen los oídos de no escucharte?
-Estoy en la gloria, Lola; en la glo-ria.
-Bueno, pues me voy al cielo un rato, a ver qué tal…
-Ve con Dios, hija mía…
-Uy… con Ése no me voy; no me hace ni caso. Fíjate como será que el otro día le dije barbaridades y…
-¡Adiós, Lola!


-¿Me se escucha?... ¿Me se oye?... Corto, cambio.

No hay comentarios: