-Pepe, quiero ir a Halloween.
-¿Mande?
-Que quiero ir esta noche a Halloween... Bueno, Mari Pili, también.
-Pues ¡hala! empezad a ir. Ya me contaréis.
-¿Tú no quieres ir?
-Lola, ¿dónde está ese Haloween?
-No sé, lo anuncian por todas partes. Salimos y ya lo encontraremos... Digo.
-Es decir, que salimos a la calle a buscar a Haloween aunque no es probable que lo encontremos porque no sabemos dónde está.
-Así es Pepe. Has hecho buen resumen.
-Pues no voy. O tengo la dirección concreta o no cuentes conmigo.
-Pepe, ¿dónde se halla tu afán aventurero?
-Lola, en ningún lugar. Yo no soy Pepe Aventuras. Soy simplemente Pepe a secas.
-Sí, más seco que la mojama... Voy a llamar a Mari Pili... ¿Mari Pili? Soy yo.
-Ya tengo el disfraz, Lola. ¿A qué hora quedamos?
-Yo no tengo nada, ni siquiera a Pepe.
-Dile que va Paquito. Le voy a vestir de calavera.
-Ah, muy mono... ¿Sabes dónde es?
-En el cementerio municipal a partir de las doce.
-Pepeeee, que dice Mari Pili que es en el cementerio. ¿Vienes?
-Sí, si que voy. Así cierro unos temas pendientes.
-Pero Pepe, si a esas horas estarán sólo las ánimas y los esqueletos o, ¿con esos también haces negocios?... Ay Mari Pili, Pepe es siniestro, dice que va para negociar con los espectros.
-Que haga lo que quiera. Nosotras a bailar...
-¿Con los fantasmas, Mari Pili?
-Con quien se ponga delante, Lola. Hay que divertirse.
-Sí... No sé yo, pero bueno, me fío de ti. ¿Qué me pongo?
-Los disfraces estaban agotados. Compra dos calabazas y poneros una sábana y a la fieeeeeeeeesta.
- Vale... A las doce en la puerta del cementerio... ¡Ah!, ¿cómo nos conoceremos?
-Fácil, muy sencillo, no creo que tengamos pérdida.
-¿Sí?
-Lola, seremos los peor vestidos.
-Claro, en ese caso, efectivamente no... Pero, ¿vosotros no tenéis los disfraces Mari Pili?
-Sí, Lola. El de Paquito es una toalla blanca vieja y la he pintado el esternón y las costillas. La cara se la espolvoreo de harina.
-¡Joder, Mari Pili!, muy tomate. ¿Y tú?
-Yo voy de la reina de las tinieblas. Impresionante.
-Ah, ¿Y en qué consiste tu impresión?
-Voy sin gafas, Lola. Directamente estaré en tinieblas, ¿no crees?
-¿Entonces, cómo nos vamos a encontrar si no ves?
-Pero tú me ves a mí, Lola.
-¿Cómo te voy a ver si llevamos una sabana por encima y encima nunca llevo gafas?
-Lola, Lola, piensa un poco, hija. Haces unos agujeritos en la parte de los ojos.
-Claro y rompo las sábanas, ¿no? Y luego me toca coser los agujeros. Sabes que tengo fobia a la aguja, Mari Pili. Búscanos otro disfraz o no vamos.
-Ya sé. Qué cabeza más trepidante la mía. Os ponéis unos calcetines de Pepe. Ya sabes, esos que se le rompen y tú no coses por la claustrofobia que te produce la costura. Luego os echáis unas cucharaditas de harina y ¡voila!
-Sí, mucho voila, realmente de susto... ¿Tú crees que Pepe se va a dejar, Mari Pili?
-Si no se deja pues... Amenázale, Lola.
-¿Con qué? Mi Pepe conmigo está pasado de rosca. Es que no le impresiono, Mari Pili.
-No me extraña... Mira que vaya de él mismo. No desentonará. Le pones la calabaza debajo del brazo y ya está.
- Vale, entonces, hasta luego.
-... Vamos, Pepe. Ya estoy arreglada.
-Por San Cucufato, ¿de qué vas vestida, Lola?
-No preguntes Pepe... Se me fue la mano en la harina.
-¿Mande?
-Que quiero ir esta noche a Halloween... Bueno, Mari Pili, también.
-Pues ¡hala! empezad a ir. Ya me contaréis.
-¿Tú no quieres ir?
-Lola, ¿dónde está ese Haloween?
-No sé, lo anuncian por todas partes. Salimos y ya lo encontraremos... Digo.
-Es decir, que salimos a la calle a buscar a Haloween aunque no es probable que lo encontremos porque no sabemos dónde está.
-Así es Pepe. Has hecho buen resumen.
-Pues no voy. O tengo la dirección concreta o no cuentes conmigo.
-Pepe, ¿dónde se halla tu afán aventurero?
-Lola, en ningún lugar. Yo no soy Pepe Aventuras. Soy simplemente Pepe a secas.
-Sí, más seco que la mojama... Voy a llamar a Mari Pili... ¿Mari Pili? Soy yo.
-Ya tengo el disfraz, Lola. ¿A qué hora quedamos?
-Yo no tengo nada, ni siquiera a Pepe.
-Dile que va Paquito. Le voy a vestir de calavera.
-Ah, muy mono... ¿Sabes dónde es?
-En el cementerio municipal a partir de las doce.
-Pepeeee, que dice Mari Pili que es en el cementerio. ¿Vienes?
-Sí, si que voy. Así cierro unos temas pendientes.
-Pero Pepe, si a esas horas estarán sólo las ánimas y los esqueletos o, ¿con esos también haces negocios?... Ay Mari Pili, Pepe es siniestro, dice que va para negociar con los espectros.
-Que haga lo que quiera. Nosotras a bailar...
-¿Con los fantasmas, Mari Pili?
-Con quien se ponga delante, Lola. Hay que divertirse.
-Sí... No sé yo, pero bueno, me fío de ti. ¿Qué me pongo?
-Los disfraces estaban agotados. Compra dos calabazas y poneros una sábana y a la fieeeeeeeeesta.
- Vale... A las doce en la puerta del cementerio... ¡Ah!, ¿cómo nos conoceremos?
-Fácil, muy sencillo, no creo que tengamos pérdida.
-¿Sí?
-Lola, seremos los peor vestidos.
-Claro, en ese caso, efectivamente no... Pero, ¿vosotros no tenéis los disfraces Mari Pili?
-Sí, Lola. El de Paquito es una toalla blanca vieja y la he pintado el esternón y las costillas. La cara se la espolvoreo de harina.
-¡Joder, Mari Pili!, muy tomate. ¿Y tú?
-Yo voy de la reina de las tinieblas. Impresionante.
-Ah, ¿Y en qué consiste tu impresión?
-Voy sin gafas, Lola. Directamente estaré en tinieblas, ¿no crees?
-¿Entonces, cómo nos vamos a encontrar si no ves?
-Pero tú me ves a mí, Lola.
-¿Cómo te voy a ver si llevamos una sabana por encima y encima nunca llevo gafas?
-Lola, Lola, piensa un poco, hija. Haces unos agujeritos en la parte de los ojos.
-Claro y rompo las sábanas, ¿no? Y luego me toca coser los agujeros. Sabes que tengo fobia a la aguja, Mari Pili. Búscanos otro disfraz o no vamos.
-Ya sé. Qué cabeza más trepidante la mía. Os ponéis unos calcetines de Pepe. Ya sabes, esos que se le rompen y tú no coses por la claustrofobia que te produce la costura. Luego os echáis unas cucharaditas de harina y ¡voila!
-Sí, mucho voila, realmente de susto... ¿Tú crees que Pepe se va a dejar, Mari Pili?
-Si no se deja pues... Amenázale, Lola.
-¿Con qué? Mi Pepe conmigo está pasado de rosca. Es que no le impresiono, Mari Pili.
-No me extraña... Mira que vaya de él mismo. No desentonará. Le pones la calabaza debajo del brazo y ya está.
- Vale, entonces, hasta luego.
-... Vamos, Pepe. Ya estoy arreglada.
-Por San Cucufato, ¿de qué vas vestida, Lola?
-No preguntes Pepe... Se me fue la mano en la harina.
6 comentarios:
Buenos dias. Esto del Halloween es imprezionante, nadie tiene idea de lo que quiere decir.
Tu Lola está para comersela.Además no le gusta coser.
Mira a Lolita que cara de susto, que bueno que lei tu blog se me habia olvidado el significado de este dia. A mi en lo particular te digo no me llama la atencion,me da miedo hasta comer los dulces que regalan no sabes vos que gente mala hay aca en Estados Unidos y han envenenado a ninos con esto.
Besos y gracias por tu email
Estamos en contacto
Veronica *aca trasnochando y vos comenzando tu dia
Oye,que muchísimas gracias por tus palabras de aliento. Perdona si no sé corresponder, pero es que me quedo parada y sin saber que decir. Enhorabuena por tu Lola.
Besos.
Te juro , Angeles que aunque no tenga ganas acabo soltando la carcajada, me fascina tal derroche de gracia y originalidad.
Besazos
Lola
Hola! gracias por tu visita en mi blog de música!
Que divertida la historia de Lola y su búsqueda de diversión en Halloween!
Un gusto conocerte!
jajajajajajjajajaja..aysss...jajajajajjajajajajja
;-)
Perdón mi poca seriedad pero es que nooo pueooo..jajajja
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