LOLA Y LAS MANUALIDADES

A mí me da algo... ¿Quién demonios inventó el hacer punto, calceta, ganchillo? Hay gente sesuda que dice que hacer este tipo de manualidades relaja, ¡qué, coños, va a relajar esto!... Salgo de las clases como una moto. Creo personalmente que, o bien no tengo suficientes manos o, a mí me sobran herramientas. Me hago un lío tremendo con las agujas, los dedos y la lana. Y, lo peor, es que no me puedo dar de baja en las clases ni faltar porque si no el Ayuntamiento no me vuelve a ofrecer más cursos gratuitos
Cuando me llamaron y una voz gangosa me dijo “Dolores, amiga mía, tienes el honor de haber sido una de las elegidas entre miles”... ¡Joder, vaya honor! Se podía haber quedado la gangosa con el honor y yo seguir estupendamente siendo una inculta.
-Lola haz un jersey a Pepe.
-¡Y una mierda!, él es muy grande, Mari Pili necesito hacer algo más pequeño y manejable.
-¿Quieres que diga a Paquito que me preñe y así haces ropa al niño?
-De verdad, cada día estás más zumbada. Que sepas que las menopáusicas están retiradas de la procreación... En fin, haré una bufanda para Pepe Perro.
-Lola es verano; vas a asfixiar al perro.
-Me da igual si le asfixio, es mi perro.
-Lola qué cabezota eres. Di a la profesora que te enseñe a hacer gorros para bebés; es una prenda pequeña y ya verás como le coges gusto a hacer punto.

Me he dado cuenta que soy gilipollas, y mucho más de lo que yo pensaba; hice caso a Mari Pili, como siempre. Esta chica me tiene lavado el cerebro y me maneja..., y ahora me paso el día corriendo detrás de Pepe Perro porque no se deja probar el gorro, con lo fácil que hubiera sido una bufanda, leches. Pero, ¡ojito!, que no me desanimo y, mientras mis dedos se aclaran hacia qué dirección deben ir si al de la lana o las agujas, yo aprendo alemán, como lo oís. Sí, os cuento…

Anticristo es muy mañoso, bueno, su padre dice que es un estafador y cualquier día nos meten en la cárcel, pero mientras nos pillan, os diré que el angelito ha enganchado un cable a la antena del vecino; en agradecimiento, limpio la antenita todos los días. Vemos canales muy raros. El que más me gusta es uno que parece que, en vez de hablar, ladran. Os podéis imaginar que Pepe Perro se queda delante de la pantalla como con cara de alucinado, la lengua fuera, babeando y sus orejas – aquí está el encanto de aprender el alemán- de un tiro, mato dos pichones porque van a un ritmo acompasado: derecha, izquierda; adelante, atrás. Saltito; izquierda, derecha. Atrás, adelante…Y, ¡tata tachan!, mis ojos se clavan en sus orejas y les transmiten a los dedos ese ritmo; este son se pasa a las agujas y, de éstas, a la lana. ¿Me seguís? ¡Qué listos sois!... Porque yo me he perdido. Bueno, el caso que si, a eso, unimos el sonido de los que ladran / hablan pues… eso, que ahora estoy haciendo unos zapatos a Pepe Perro para que no me raye el suelo.