lunes, noviembre 05, 2007

LOLA Y LOS CALVOS

Vengo con una botella enterita de Cazalla. Lo que os tengo que contar es muy tomate para escucharlo a palo seco, así que poned vuestros vasos que empiezo... Por favor, ¿hay un hueco libre en vuestros armarios? Es para esconderme porque cuando llegue mi Pepe o me desintegro, o me corre a boinazos. No tengo remedio, hay situaciones que me desmadran pero, ¿tengo yo la culpa de que la toca pelotas de mi jefa me diera vacaciones a la vez que ponen rebajas? A mí que me registren, yo no pedí nada, me lo encontré como un regalo maldito y... Me disponía a pasar una jornada intensiva a lo Maruja alioli con el plumero y el limpia cristales cuando escuché en la radio “Hoy comienzan, apresúrense, las rebajas les esperan”... Ante una invitación así, ¿voy a ser maleducada y dar plantón a las rebajas? Que una ha estudiado en colegio de pago y lo primero que me enseñaron es a ser agradecida..., y cortés, y como me quiero mucho, colgué el hábito de Maruja y me largué a la aventura. ¡La madre que me parió! Sin duda no era yo sino Lola poseída por las circunstancias.
Esta vez me superé a mí misma mismamente; sin salir del establecimiento, llegué a cambiar un jersey tres veces y, no contenta con la proeza, decidí ir al edificio colindante de la misma cadena y devolver el dichoso jersey definitivamente. No obstante, y si aún tenía duda sobre mi decisión, bajaba yo por otra calle y vi otra tienda de la misma marca del principio- como veréis soy monocorde- y entré para ver si había el jersey de marras... ¡Lástima!, estaba agotado, pero compré unas cartas de mesa aprovechando que en casa no jugamos a eso, pero estaban tan baratas que...La verdad es que me sentía muy frustrada porque después de cuatro horas, sólo me había comprado una inutilidad, así que sin perder los nervios proseguí el safari y me pregunté a mí misma mismamente:

-Lola ¿Qué es lo que más deseas además de estar comprando y devolviendo el puto jersey? Rápidamente mi subconsciente contestó:
-Quiero una peluca
-Un poquito de por favor, Lola, ¿para qué coños quieres una peluca?- y otra vez mi otro yo contestó:
-Me estoy quedando calva, quiero tener pelo en mi cabeza.
Automáticamente me fui en busca de un espejo para mirarme a mí misma mismamente y la verdad es que mi otro yo tenía razón. Lo que se dice frondosidad de pelo, no había. La realidad es que se me empezaban a clarear las ideas como a mi Pepe, y me dije:
- Lola, con un calvo en la familia, es suficiente... ¡Cómprate la peluca! Y me la compré. ¡Ay la Virgen del Perpetuo Socorro!, estaba fea de narices, eso sí, irreconocible y una compra muy barata.Al fin, decidí cerrar mi día de compras, montarme en el autobús y encerrarme en casa el resto de las vacaciones.

El autobús no venía, había mucho tráfico por lo que decidí rentabilizar la espera y meterme en una zapatería cercana... ¡Menudo chollo compré! Unos zapatos de piel de lobo, piso de suela, forrados de borreguillo para llevar los pies calentitos, en color malva, y el número 41. Me los puse colocándome la peluca para verme el conjunto... Inenarrable.Con los zapatos me encontraba comodísima, más que nada porque calzo un 38, así que al llevar tres números más, rozaduras no me iban a hacer, es sí, el pié me hacía un poquito grande pero bueno, todo no puede ser perfecto, ¿no os parece?

Llegué a casa y me planté la peluca toda orgullosa, aquello era pelo y no mi cabeza verdadera. Aparece Peluche y me dice:-Muy tomate, mamá. Acabas de dejar de ser mi madre; esto no hay quién lo digiera.- me dejó un poquito descolocada, pero yo seguía tan contenta en el fondo porque ya no me tendría que peinar nunca jamás. En estas reflexiones, llega Anticristo.-¡Ozú, madre! ¿Qué haces con los pelos de la fregona en la cabeza?- Es verdad que el rubio de la peluca era un amarillo intenso pero de ahí a decir eso...Total, me empecé a desmoronar y decidí que llevaría a devolver la peluca. ¿No había devuelto ochocientas veces un jersey? Pues la peluca lo mismo, y aquí comenzó el drama, queridos amigos. Primero no se podía devolver, y segundo, la peluca costaba un congo y yo sólo había visto los dos numeritos primeros, pero no los ceritos siguientes y como lo pagué con tarjeta...Ha llegado mi Pepe, y me he lanzado a la piscina.
-Hola, Pepe
-Hola, Lola
-¿Te acuerdas de lo que dijo el cura cuando nos casamos?
-Prefiero no acordarme.
-Nos querríamos en lo bueno y en lo malo.
-¿Qué has hecho esta vez, Lola?
-Gastarme el sueldo del mes que viene... Pero tu obligación es quererme siempre, siempre, infinitamente siempre.

4 comentarios:

CATI COBAS dijo...

¡Muy tomate tu Lola de hoy, Angelines! Divertidísima y se agradece en un día no tan tomate para mí. Cati

Lia dijo...

LINDA ESTÁ LA LOLA.

Lia dijo...

LINDA ESTÁ LA LOLA.

blumun dijo...

Divertidisima la calva Lola, voy a mirarme en el espejo, las ideas. Igual me compro una peluca j jeee
Besos.