viernes, febrero 29, 2008

LOLA Y MARI PILI CONTRABANDISTAS

Por casualidad, ¿habéis visto a mi Pepe? Me ha perdido ¡Qué disgusto debe tener! Yo ninguno porque Mari Pili se conoce Andorra como el pasillo de su casa... ¡Síiiii!, estemos en Andorra, bueno el caso es que a mi Pepe le falló algo la geografía ¿Veis? Tan listo y se dejó llevar por el ofertón del verano que versaba lo siguiente “Ven a los Pirineos, un paraíso de la naturaleza” Y claro, hemos venido. Lo que no controló el hombre es que pasábamos por Andorra ubicada en los Pirineos y que es el paraíso de las tiendas y ¿qué pasó? Lo irremediable, os cuento…
-Lola, Mari Pili, mirad que montañas más verdes, respirad el aire puro ¡Qué belleza de paisaje!- decía mi Pepe extasiado.
-Un bellezón Pepe, está todo muy verde.-yo le seguía el rollo pero mi cabeza estaba en otro sitio bastante más contaminado.
- Oye Mari Pili ¿Cuántas tiendas calculas que podemos ver en dos horas? Pepe cuando se entere, no nos deja más tiempo…
-Si andamos a buen ritmo, unas 128 aproximadamente.- sentenció Mari Pili muy segura de sí misma.
-¡Qué fantástico!- dije yo alucinando en pepinillos mientras aspiraba el aire puro para dar de sí en el maratón que me esperaba.
-¿Fantástico, 128 qué?- Pregunta el infeliz de mi Pepe.
-Pepe, que Mari Pili ha contado 128 Pinos fantásticos.- Dije yo para calmar su ansiedad; no quería que se distrajera, nos empotrara en cualquier montañita y llegáramos tarde a las tiendas.
Cuando llegamos a la aduana andorrana, yo que soy muy cumplida y muy cuca dije a los señores agentes:
-¡Qué belleza de paisaje tienen ustedes! Soy Lola, éste es mi Pepe y mis amigos Mari Pili y Paquito Paellas, ellos han venido ya tantas veces que tienen una placa honorífica otorgada por ustedes a los más fieles turistas. Mi Pepe yo venimos a conocer su tierra, lo que más nos interesa es el paisaje y el románico del lugar pero por curiosidad ¿falta mucho para llegar a las tiendas?- no pude continuar hablando, Mari Pili me dio un codazo y mi Pepe el barrido de rigor.
-¡Lola! Cállate.- Y me callé, los nervios, la emoción me lo impedían. Me puse las gafas para ver más y mejor.
Según aparcaba mi Pepe el coche, Mari Pili se tiró en marcha; yo me quise tirar por la ventanilla pero mi culo se quedó encajado y tuve que esperar a que parara el coche, ahora bien, cuando paró, salimos las dos a 300 Km por hora, no había quién nos alcanzara. Mari Pili parecía la hormiga atómica que decía:
-Lola, mueve el culo o sólo nos dará tiempo a ver 126 tiendas.- Íbamos dejando un reguero de polvo de la velocidad que llevábamos. Entrábamos, salíamos, volvíamos a entrar, volvíamos a salir, os juro que aunque hubiera llevado gafas de aumento no me daba tiempo a ver prácticamente nada, la velocidad es lo que tiene, llegas rápido ahora ver lo que se dice ver, como los ciegos ¡Nada! Pero al dar la vuelta a una esquina nos encontramos un establecimiento que nos impactó “Zara” En España hay miles, pero alguien me había dicho que allí había cosas distintas y por supuesto mucho más baratas, así que entramos a comprobar. Estábamos tan congestionadas mirando y rebuscando que sin darme cuenta me tragué a un hombre que estaba plantado en el medio.
-Disculpe, señor.- yo siempre demostrando mi educación ¡Eh!
-Sabía que te encontraría aquí.- oí decir a una voz que salía de aquel hombre, tan conocida que levanté la vista.
-¡Coño, Pepe! Qué alegría verte. Precisamente te estaba buscando no sabrás tú por dónde está el tabaco ¿verdad?- Quería disimular pero claro, no coló, mi Pepe no es tonto, nació con cantidades ingentes de seso y yo con casi nada ¡Qué injusta es la naturaleza!
-Lola, yo he venido a ver el Pirineo no a comprar basura.
-¿Basura esto? Pero Pepe si me ahorro 50 céntimos en esta camiseta ¡Fíjate que ganga! Y no la hay en España, llevaré un modelo exclusivo.
-Claro, Zara surte modelos únicos para Paris y Andorra ¿No? Vámonos, quiero ver el Pirineo... - Como dos ovejitas al matadero le seguimos, pero como íbamos detrás de ellos pues aprovechábamos el tiempo para seguir entrando y saliendo de los establecimientos que pasábamos que por cierto, casi todos eran perfumerías. A Mari Pili las colonias caras la pierden y probaba de todas, yo, como un mono de repetición, total que nuestro olor natural se perdió con tanta esencia de Chanel and Company y, a Dios gracias, nos volvieron a perder pero, Paquito Paellas que es más listo que los ratones colorados nos encontró y atadas de una soga no nos volvieron a soltar.
Al día siguiente seguíamos atadas y para evitar peligros innecesarios nos llevaron a la alta montaña, allí ni tiendas ni nada sólo naturaleza a lo bestia.
-Mari Pili, mira que vacas más graciosas, son una monada ¿Quieres que te haga una foto para inmortalizarte en este hábitat tan infrecuente en ti?- Quería animarla, la pobrecilla estaba constreñida; ella es mujer de luces, asfalto y ruido y, claro , allí lo único que se oía era el tolón de los cencerros vaqueros... si al menos hubiera habido un mercadillo campestre, la cosa hubiera sido más llevadera.
-Sí, hazme la foto, luego te la hago yo a ti.
-Acércate bien a la vaquita de la piel moteada, tiene una mirada profunda.
-¿Qué dices, Lola? Las vacas tienen una mirada peripatética.- Ya estaba mi Pepe sentenciando, ni en las montañas como Heidi me dejaba en paz.
-Cállate Pepe, voy a retratar a Mari Pili ¡Hija, acércate un poco más a la vaca!- Tanto se acercó que la vaca miró a Mari Pili y no precisamente con ojos profundos sino como una india cabreada, así que tuve que dirigirme a la vaca para poner un poquito de orden.
-Oye vaca, un poquito de por favor ¿Eh? Deja los cuernos quietos, Mari Pili es una mujer de bien y además mi amiga ¿Comprendido?- Pero la vaca ni flores a María, tenía entre ceja y deja a mi amiga del alma.
-¡Soooooooo, vaca!- Y entre dientes gritaba: Mari Pili corre, que la vaca te arrea una leche ¡Ayyyyyyyyy, qué poquito faltó! A veces son útiles los hombres ¿Eh? y hasta toreros diría yo porque en el momento crucial que la vaca iba a envestir a la ingenua Mari Pili, Paquito Paellas, el super macho parlanchin y Pepe el Pirinaico, cogiendo los jerseys a modo de capote salieron al ruedo ¡Vaya leche que les dio la vaca! Fijaros, se enfadaron con nosotras ¡Pero si había sido la vaca!... En fin, viendo que ni en la alta montaña nos podían soltar, pensaron acertadamente que lo mejor era ir a ver las iglesias románicas. Para eso, necesitábamos ir a un punto de información para que nos asesoraran y ¿Diréis lo que había a la entrada? ¡Un mercadillo!-Peeeeepe, déjame mirar ¡Fíjate qué bragas más estupendas!-¿Cómo puedes decir eso, Lola? Son bragas descomunales, te llegan hasta las orejas.-Y lo calentitas que son en invierno ¿Qué? Anda, déjame mirar, sé bueno.- Mari Pili del impacto de la vaca, se le puso a mirar con los mismos ojitos de sus amigas las lindas vacas... Total, les dimos pena, nos soltaron y nos perdieron y aquí estamos las dos en la aduana retenidas ¡Nos acusan de contrabandistas de tabaco! Y Pepe sin aparecer. Desde luego, si llego a saber esto, no soy simpática con los señores agentes ¿No os parece?
PD. Si veis a Paquito o a Pepe, por favor decidles que vengan a pagar la fianza... Bueno no, decidles que vayan a la aduana, que tienen dos regalitos ¿Vale?

1 comentario:

Nómada planetario dijo...

Bueno decidle a mis colegas de viajeros aduanas que no es para tanto, que con una DFR ya vale.
En el Valle de Arán pasa lo contrario los franceses llegan a España y se llevan el maletero hasta arriba de tabaco y alcohol, así van a terminar hechos cisco.
A pasar buen finde.
Besos nacionales.