domingo, abril 20, 2008

LLÁMAME LOLA, POR FAVOR

-Hello…
-¿Lola?
-Salut…
-¿Lola?, ¿Lola, eres tú?
-Hallo…
-¿Lola?
-Good days, bon jour… qui est-ce qui est.
-¿Lola?
-¡Leñe!, deja de decir Lola que me vas a gastar el nombre.
-Soy Monchita… Lola.
-Como digas otra vez Lola, te cuelgo… Llámame Dolores.
-¿Por qué Dolores y no Lola, Lola? Si Dolores nunca te ha gustado; dices que Dolores no eres tú…
-Pues claro, Monchita, que no soy yo, por eso me has de llamar Dolores.
-Lola… o Dolores, no te entiendo; hija, hoy estás muy rara.
-Monchita tu problema es que eres cuadriculada; te sacan de la sota, caballo y rey y, cuando te pongo un as, te pierdes.
-¿Eh?, ¿pretendes que juguemos al tute por teléfono?
-Monchita, por dios, que la tarada soy yo; necesito amigas juiciosas y te noto fatal…
-¿Fatal yo? Pero si te llamo y sale una voz diciendo “Good morning, hallo…” y luego me saltas que te llame Dolores… Lola, hija, que es muy pronto para que estés cencerro.
-Oye, oye, la cencerra serás tú. Además, la culpa de todo la tienes tú.
-¿Yo? Mira, Dolores, no me toques la boina.
-¿Te has comprado un sombrero, Monchita?
-Sí, siete; uno para cada día de la semana, Lola.
-Que me llames Dolores… ¿Por qué siete? Tú eres muy ahorradora, no entiendo por qué malgastas el dinero.
-Porque me da la gana, Do-lo-res…
-Bueno, mujer, tranquila… Anda, por ser tú, llámame Lola, pero en público, por favor, dirígete a mí con Dolores.
-Dolor de barriga es lo que me estás poniendo.
-Hija, es que la fama es lo que tiene, Monchita; has de separar la vida privada de la pública. Suena el teléfono y puede ser un periodista, los del Tomate para entrevistarme…
-¿Qué fama ni que pollo muerto, Lola?
- Anda, ¿no te he contado lo que me pasó en la tintorería?
-Sí, Lola, veintisiete veces y quedamos en que era una bobada. Te falsificaste por otra… Me prometiste que volverías a tu ser, ¿se te ha olvidado?
-Monchita eres una ceniza, que lo sepas… ¿Para que me llamabas?



-Me ha llamado Pichu y…
-Perdona que te interrumpa, ¿recuerdas si le he dicho a Pichu lo de la tintorería?
-Loooooooooooooola…
-No te enfades, ¿me decías?... Pero que sepas que yo comparto todo con mis amigas. Además, me dijiste que si me daban el premio Príncipe de Asturias, vendrías conmigo…
-Lola era una broma; a ti no te pueden dar nada, Lola.
-Llámame Dolores… Ahora voy a tomar represalias y cuando me cuentes que esquías igual que Paquito Fernández Ochoa, te diré que eres calcadita a Imperio Argentina.
-¿Esquiaba Imperio Argentina, Lola?
-Encima de un escenario cantando La Zarzamora.
-Anda, yo también canto mientras esquío…
-Si es que cuando me hice amiga tuya, vi la viva imagen de Imperio Argentina en versión niña en tu persona.
-¿Si?... Te voy a contar un secreto, Lola: yo siempre he admirado mucho a esa mujer.
-Yo te voy a contar otro secreto, Monchita: no están todos los que son, ni son todos los que están…
-Sí, sí, desde luego, Dolores, tienes toda la razón… Lola, ¿qué has querido decir?
-Nada importante… La vida sin sueños, no es vida… Ah, llámame…
-¿Qué, Dolores?
-Lola… Llámame siempre Lola.

2 comentarios:

Lola Bertrand dijo...

Lo cierto es que ami también me fastidia que me llamen Dolores, en mi vida me han puesto un montón de apodos , pero yo solamente quiero ser LOLA....
En fin ya sabes que te sigo.
Abrazos de mar.
Lola

Lia dijo...

Dolores NO Lola SI.
besos