martes, mayo 13, 2008

LOLA Y SUS DERECHOS

-Pepe, nos vamos a Teuralet.
-Lola, ¿dónde está eso?, ¿qué se nos ha perdido allí?
-Está en la sierra de Enguera; ni idea por dónde cae eso. Míralo en el mapa.
-Y, ¿por qué no Albacete que es más conocido?
-Mi sindicato me recomienda ir a Teurelet, y allá nos vamos. Pepe, es una oferta irresistible.
-¿Tu sindicato?, ¿qué sindicato?
-Comisiones Obreras, Pepe.
-¿Qué haces tú metida allí?, ¿saben quién eres, Lola?
-Mira, me acaban de mandar el carné.
-¡Santo cielo!, pero si tú no trabajas, ¿para qué demonios te afilias a un sindicato? Además, eres una ignorante. Acaso, ¿sabes a qué afiliación política pertenece Comisiones Obreras?
-¿Qué no trabajo, dices?, ¿Qué soy una ignorante?, ¿qué no sé que es de izquierdas y de los rojos, rojos? Ay, Pepe, qué cabestro eres, leñe. -Lola, te pasas el día diciendo, cosa que no interesa a nadie, que eres de derechas y ahora, como todo lo que tú haces, te pasas a la izquierda.
-¡Ojo, ojo!, Pepe, mide lo que dices o trágate tus palabras. A mí ni San Cucufato me llama intolerante; hasta ahí podíamos llegar.
-Vale. Dime, ¿dónde trabajas, en qué empresa?
-De sol a sol en Garcias&Asociados. Vamos, en tu casa, Pepe.
-Esto no es un trabajo sino el bienestar de tu familia.
-Ya sé cómo dices: lavo tus calzoncillos y calcetines con suavizante para que tu culito piececitos estén como en una nube de algodón. Voy a la compra y me peleo con la Maruja de turno que se me quiere colar para que tu estómago se sienta rellenito. Plancho tus cami…
-Calla, Lola. Lo que tú haces no está reconocido socialmente, Lo siento, pero es así.
-¡Y un jamón! CCOO me acaba de enviar el decálogo del trabajador y, tristemente para tu bolsillo, te anuncio que o me pagas y me das las correspondientes vacaciones, o te demando. Tengo abogado, un gabinete enterito para mí sola… Ah, que no se te olvide darme de alta en la Seguridad Social. Imagínate que causo baja por enfermedad depresiva…Necesito psiquiatra y justificante de baja para que me sigas pagando. Imagínate, además, que te quieres deshacer de mí; no te vas a ir de rositas. O me pagas, me indemnizas y me readmites o te has buscado la ruina, Pepe. La ruina, querido esposo. Voy a llamar a Mari Pili para decírselo.
-Lola, estoy pensando…
-Piensa, piensa, pero te tengo cogido por lo que vulgarmente se llama “güevos”.
-Digo yo, mi querida Lola, que, ¿no sería mejor que te afiliaras a un partido más tranquilo, más acorde con tus convicciones? ¿Qué te parece afiliarte al Partido Popular?
-Ya lo he hecho, Pepe. Mira que carné más bonito. Lleva hasta una palomita buena onda. Por cierto, Pepe, mi partido me pide horas libres; tenemos que ir, de aquí a las elecciones, a veintitrés manifestaciones.
-¿Qué partido te pide eso?
-Los dos: el sindicato y el PP. Tengo que consultar con Mari Pili porque, claro, imagínate, Pepe, que a los dos les da por salir el mismo día, ¿qué hago?
-No ir, Lola. Así me coses los calcetines; ya huelen ahí puestos meses y meses.
-¿Son tuyos los calcetines, Pepe?
-Pues claro, Lola.
-Entonces, mi querido y estimadísimo Pepe, tienes dos opciones: lavar y coserte tú mismo mismamente, o hacerme un contrato. ¿Qué opinas?
-No opino; me voy a trabajar. ¿Me preparas el almuerzo?
-Sí, voy. ¿De qué lo quieres?, ¿de morcillas o cianuro?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Lola:

Nos encantaria que se confiese en este blog:

http://ElConfesionario8.blogspot.com

Nos vemos pronto!

Confesores

Recomenzar dijo...

Fascinantemente cómico
te dejo un abrazo desde mi tierra