miércoles, mayo 24, 2006

LOLA Y LAS MARIPOSAS


LOLA Y LAS MARIPOSAS

Si una cosa me pone nerviosa son los bichos, bueno, y Pepe y mi madre y mi jefe y mis hijos… vamos, que sufro de los nervios. Pero es que ayer me pasó una cosa que me dejó descolocada. Os cuento…

Estaba limpiando y, de pronto, apareció una mariposa que pretendía –estoy segura-reírse de mí… no sabía, la infeliz, con quién se estaba jugando los cuartos. Me puso, ay cómo me puso. Al no darle caza, decidí tirarle una zapatilla, ¡bingo!, se espachurró contra la pared. Qué asco, menuda mancha, a ver qué le decía al inspector Gachet, alias mi Pepe, cuando lo viera. En esto, suena el móvil:
-Lola, soy Pepita. Te llamo porque no sé qué me está pasando…
-Pepita, sin que me digas nada, ya te lo digo yo: es la menopausia.
-Lola, tengo mariposas.
-Vamos a ver, Pepita, no me alteres tú también. Las mariposas son unos bichos asquerosos, ¿no puedes coleccionar conejos, cromos, como cualquier persona normal?
Que no, Lola, no es eso…. Tengo mariposas en el estómago.
-¡Jesús!, Pepita, qué rara te estas volviendo… y, ¿a qué saben?, ¿no son un poco insípidas?
-Que no, Lola, no es eso… Es que he conocido a un hombre.
-leches, ¿un hombre mariposa?
-Lola, por Dios, deja de decir estupideces.
-Perdona, mujer, no quería ofenderte. ¿Es hombre, hombre?
-Sí, Lola, si.
-Pero, ¿de los de antes? Te lo pregunto porque es una raza que se extinguió hace siglos. Además, ¿por qué sabes que es hombre?, ¿qué has hecho dicho? Dime….
-Éste es maravilloso, me provoca una sensaciones, me, me…
-Calla… Te deja gilipollas. Vamos a ver, dime, ¿a qué se dedica ese macho mariposa?
-A las reparaciones.
-¿Reparaciones, dices?, ¿qué tipo: coches, lavadoras, cerebros…?
-Ay, Lola, te pareces a mi madre
-Oye, guapa, no te pongas borde conmigo, ¿vale? Porque dejo de regalarte amistad ahora mismo, ¿entendido?
-Estás para que te reparen el cerebro…
-Que sepas que tengo mucha oxitocina en el cerebro…
-¿Mucha qué?
-Oxitocina, he dicho, inculta. Gracias a ella cada vez que te juntas a mí, tu presión arterial se reduce y te aliena el estrés- le acababa de dejar con la boca abierta.
-Se lo preguntaré a Crisóstomo, él sabe de todo. Si vieras como me habla, me manda flores por el móvil.
-¿Crisóstomo? ¡Joder!, Pepita… Ya sabía que no podía ser normal, encima cursi, pero, ¿tú has visto que se envíen, hoy, flores en mensajes cortos? No tienes años, Pepita, no olvides que se te ha pasado el arroz…
-Por eso tú has dejado de hacer paellas los domingos, no te fastidia.
-Qué les pasa a mis paellas?
-Naaaaaada… Lola, soy muy feliz.
-¿Con Crisóstomo Mariposas, el repara chismes? No le hables de mí, te abandonará.
-Ya lo ha hecho… no sé de él desde hace una semana.
-Ay, pobrecilla, lo siento mucho… retiro lo dicho. Te doy todas mis oxitocinas. Si es que los hombres son unos capullos… ¿Te vienes al mercadillo? Es el mejor reparador de cerebros. Te compras un par de bragas y vienes como nueva.
-No puedo, gracias, he quedado con Crisóstomo.
-Pero, ¿no decías que no sabías nada de él?
-Booooooooooooooba, era una broma. Ay, me voy a compartir mariposas con él…
-Ojalá se os indigesten las mariposas… Ah, devuélveme mis oxitocinas, ¿me oyes?
Nada, que me ha colgado el teléfono… Me pregunto, ¿será la primavera, las mariposas o la esencia de mujer la que nos merma el cerebro?

No hay comentarios: