miércoles, julio 04, 2007

LOLA EN DEFENSA DE A CODORNIZ APAISADA


“Banderita española, banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda. Banderita, banderita, banderita españooooooooolaaaa”... ¿Qué, qué os parece? Anda, ¿no hay el día del orgullo gay? Pues yo hoy celebro dos cosas en una: ¡Viva la Pilarica! ¡Viva el ejército! ¡Viva España! ¡Viva la Lola cañera!
Si me viera en este momento Paquito Paellas, ya sabéis, el marido de mi amiga Mari Pili, se sentiría orgullosísimo de mí. Él y yo no podemos ser pareja de hecho ni de derecho, eso está más claro que el agua, aunque hoy se llevan mogollón las parejas estridentes, pero yo ya tengo a mi Pepe que es como Paquito de insufrible, y mi teoría es que los experimentos sólo con gaseosa.
Paquito y yo somos dos intolerables en cuanto a lo políticamente correcto y claro, al ser igualitos, lo que necesitamos somos un extintor para apagar nuestros fuegos fatuos, no una mechero.
¿Vosotros sois discretos? Yo lo intento, pero es que en el fondo soy un torrente de expresividad que nace sin control hacia fuera, por eso mi Pepe y mis hijos que son la discreción personificada nunca quieren ir conmigo cuando hay eventos populares, dicen esos tres deslenguados que se nota demasiado mi presencia. De verdad, para mí eso es signo de complejo, del falso ridículo que no les permite expresarse con naturalidad, en cambio yo me siento suelta y divinamente. En el tumulto gano el doble. Hoy por ejemplo que he asistido a un acto bonitísimo, me hubiera gustado ir con Paquito ¿Por qué?, sentaros, sentaros hijos míos, que os cuento...
Paquito es un hombre temperamental. Cuando está en su salsa es bestial, se le pronuncian hasta las venas del cogote; el problema estriba cuando nos mezclamos con los progresistas de salón y, hoy en día, hay muchos en la calle. Sí, estos que abundan tanto, modernos ellos, aperturistas, dialogantes donde los haya, intolerantes los pobrecitos míos hasta la saciedad y claro, Paquito, ahí, no se sabe mover y tropieza, se congestiona, se me transmuta el pobre, se pone como un energúmeno y yo, efecto emulador de Paquito, ¡ay cómo me atravieso! Mi Pepe y Mari Pili, ¡qué zorrones!, tuercen la cabeza como si no nos conocieran, menos mal que tenemos personalidad y no nos acoquina nadie, ¿entendido? Nadie.

Fijaros, por dónde andamos los españoles en este momento, que los señoriítos progresistas quieren dividir en cachitos desiguales mi España más cañí ¿Cuándo se ha visto tratar a una nación como si fuera una tarta de chocolate? Y que me decís de la defensa del divorcio express, ese que te casas hoy y en tres días has mandado al cuerno a tu pareja... para eso no te casas ¿no? Te arrejuntas, te sobas un rato con el otro y a los tres días mismamente, cada mochuelo a su olivo, eso sería más sencillo, sin tanto papeleo, ¿no?... Mi mente no me llega a comprender y la de Paquito menos y, claro, nos ponemos como dos gallos de pelea sueltos en la gran manzana de aperturismo neoliberal.
Para remate, nuestras amistades nos dan cancha, ¡serán mermados!, qué poco inteligentes son, qué ganas de folclore tienen con lo bien que se vive sin discutir. Porque, claro, como no opinan como nosotros. ¿qué pasa? Pues nosotros defendemos con pruebas y razonamientos, ¡ojo al dato!, nuestras ideas como “la defensa de la codorniz apaisada” ¿Cómo os he dejado el body, amigos? Nada de ser pregoneros del tres al cuarto, que dicen y hacen memeces una detrás de otra.
No, no, nosotros muy por encima de todo eso. Hoy, en un instante fugaz de lucidez, me he dicho a mí misma mismamente: “Lola, llama a Paquito y dile que vamos a ser distintos que la masa; vamos a defender lo incuestionable, nadie, absolutamente nadie nos llevará la contraria “¿Cómo?” Preguntará Paquito. “Muy sencillo” le diré. “la defensa de la codorniz apaisada” es nuestra solución. Como es un poco mete patas, dirá en alto: “Pero, chica, estás loca ¿Qué es eso?” y yo le contestaré: “Y yo qué sé Paquito, pero queda muy bien y nadie osará rebatir nuestros argumentos”

Así que he vuelto a casa tan contenta, me sentía un poco prima hermana de Colón. Ay, qué ilusión me hace la defensa de la codorniz alargada o apaisada, qué más da.
Os dejo que voy a llamar a Paquito ahora mismo y, a vosotros, sólo deciros que:
¡Viva la Pilarica! ¡Viva Colón! Descansad hermanos, ya me callo... de momento, ¿eh?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Asi me gusta, que tires todo, menos a la familia y los amigos; siges
siendo muy buena
Un besote de tu amigo Alberto