ENTRE TOMATES... 2ª PARTE

-Lola, Lola ven, corre…
-MªPili esta variedad de tomates está buenísima y baratísima. ¿Nos compramos treinta kilos?
-¡Leñe!, deja los tomates y ven. La policía se lleva a Aurorita. Corre…
-¿Eh? La policía ha perdido el juicio. ¿Qué quieren, terminar tomando valerianas?
-Mira, allí están. Se la llevan esposada.
-Por Santa Frígida, alto, paren… Señor guardia espere un momento.
-Dígame Señora.
-¿Por qué se llevan a mi hija? Es altamente peligrosa y tóxica.
-¿Su hija, señora? Pues que mal conservada está. Parece usted mucho más joven que ella.
-¿De verdad cree que yo parezco más joven que ella, señor guardia? Tómese un tomate. Es usted una ricura de hombre.
-No gracias, me voy a la comisaría con su hija.
-¿Pero por qué, señor guardia? Mírele la cara. Si está más para allá que para acá.
-Déjame Mami que me lleve el señor policía. He pecado.
-¿Ve señora? La niña reconoce sus pecados.
-Mari Pili pon un esparadrapo en la boca a esa insensata ahora mismo.
-Señor, Señor, he pecado.
-¿No ve señor guardia que está aducida por Tom Cruise? La pobre es más tonta que Pichote.
-Lola, voy a llamar a Jonatan Josué. Qué miedo, que pena, nuestra amiga entre rejas. Aurorita voy contigo…
-Mari Pili, Mari Pili… ¿Qué quieres, que Jonatan Josué prohíba a Aurorita que nos vea después de estar cuarenta años comiendo valerianas juntas?... Esto es peor que un sainete de los hermanos Álvarez Quintero, leñe… Señor guardia hable de una puñetera vez y dígame lo que ha hecho mi hija.
-Mire señora, mire, mire lo que lleva ahí la aducida…
-¡Jesús con la Barbie!... Mari Pili fíjate lo que ha comprado. Aurorita, hija, ¿quién te ha enseñado a comprar tan bien?
-Mari Pili, Mami Lola.
-¿Quién es Mari Pili, señora?
-Ésa, señor guardia, la de los cuernos caídos.
-A comisaría también.
-Señor guardia, señor guardia, no tiente a su suerte. Si se lleva a la de los cuernos a la birulé, usted termina comprando la Termomix. Hágame caso, devuélvame a ese par de chifladas y olvídese del tema.
-Sí, sí, señor guardia, lléveme y se lo demuestro. Le hago una oferta por ser navidad.
-Estas amigas mías son gilipollas… ¿Qué he hecho yo para merecerme esto?...
-Señora, ¿ha llamado gilipollas a la autoridad del orden, vamos, a mí?
-Pues sí… Vamos, no. Tome un tomate, un par de mandarinas para endulzarse y devuélvame a ese par de chifladas… Ah, y las compras.
-Señora me está usted volviendo loco.
-Eso mismo dice mi Pepe, señor guardia.
Págueme la multa y váyanse.
-Tome y zanjemos el asunto.
-¿Pero qué me da señora?
-Pues lo que tengo señor guardia. Con el trajín sólo me quedan estos tomates, las mandarinas, una sabrosa piña, los ajos de Mari Pili y un eurillo… Vamos chicas. A la de una, a la de dos y a la de tres, ¡a correr!
-Señora, señora…
-No miréis para atrás. Acordaros de aquellos famosos que se convirtieron en estatuas de sal por ser cotillas.
-Mis tomates, mis mandarinas, Lola…
-Que te calles Barbie o te pongo de escapulario a Tom Cruise, ¿eh? Y no vuelves a rezar la novena de Betoven.
-Mira, Lola, se me han puesto los cuernos tiesos.
-Mari Pili eso es el por el viento, el aire en movimiento.
-Ay, esperadme… Cómo me ha gustado esto del marcadillo, qué excitante. ¿Cuándo volvemos al mercadillo, Lola?
-Contigo…, en la vida. Anda, dame una valeriana que se me sale el corazón de la caja torácica.
-Lola, volvemos a por tomates y mandarinas.
-vete, vete al guano, Aurorita.