sábado, enero 26, 2008

LOLA DE MADRUGADA

Soy Lola… Ya sé que lo sabéis, pero por si acaso hay alguien que lo duda. Claro que si hubiera dudas, a dos renglones leídos, sabría que yo y solamente yo, puede decir un cúmulo de sandeces en tan corto espacio de tiempo. ¿Cuántos hay que reconocen sus estupideces? Me malicio que cuatro contando conmigo. Y es que es tan sano saberse conocido por tu yo más inmediato y reírse sin complejos de tu sombra que no entiendo cómo la gente no lo ejercita más. Te evitaría disgustos y mal cuerpo. Ya veis que yo lo cuento porque quiero compartir con vosotros mi fuente inagotable de juventud. Y, ¿de dónde viene? De mi carácter cachondo. Bueno, quiero decir, de mi filosofía estructural a la hora de convivir con los otros.
Mirad a mi Pepe, siempre trémulo, mirad a Mari Pili, mujer sin complejos ni barreras. Miradme a mí, un circo ambulante. Pero es que, claro, si no me tomo al mundo mundial a broma, me desangro en tristeza, y por ahí no paso porque he preguntado a San Pedro, el portero celestial, y no me garantiza que vaya a vivir más de una vez. Y ante tal disyuntiva, me he propuesto vivir ésta que tengo más a mano.
He llamado a Mari Pili para contárselo, pero me ha despedido con cajas destempladas diciéndome que no eran horas para hacerla pensar. Total, eran las cuatro y cuarto de la mañana, una hora muy estupenda y temprana. Pero se me está haciendo mayor mi amiga porque a esa hora muchos jóvenes comienzan la fiesta. Ya me veis a mí, más fresca que una lechuga recién cortada; en fin, ella se lo pierde.
Menos mal que llegó el sábado, creí que me quedaba por el camino. ¿Qué me ha pasado? Nada, mucho tocapelotas zumbándome la oreja. Menos mal que he echado mano al flamenco y entre bulerías y seguidillas, me he defendido como gata panza arriba. Ahora, ayer, cuando salí del trabajo, me puse a correr como alma poseída, entendedme, temía que me capturaran y me catapultaran un poquito más entre aquellas paredes. Cuando llegué a una esquina, lo suficientemente lejana del lugar de perdición, primero miré a ver si había alguien conocido, no vi, claro, como siempre se me había olvidado ponerme las gafas, hice un gesto obsceno en dirección de mi empresa y justo noto un toquecito en mi hombro. Me vuelvo y era mi jefa, ¡leches, qué corte!
De verdad es como Dios, está en todos los sitios… ¿Qué me dijo, qué la respondí? Sin problemas, sabéis que mi imaginación no tiene límites. Le comenté que me había enfadado con mi Pepe y que le había dejado plantado.
Pobre mi Pepe, pero qué útil es para algunas ocasiones, sobre todo, en aquellas en que no tengo escapatoria, voy y le pinto como el lobo feroz y malvado y yo… Caperucita Roja, claro… Entonces, todo el mundo mundial que me quiere escuchar -pocos, cada vez tengo menos credibilidad- pues me compadecen. No es para menos.
… Estoy pensando, son las cinco y veinte de la madrugada, ¿pongo ya a hacer el cocido? O, ¿sigo pensando un poco más? Si pongo ahora los garbanzos tienen tiempo de reblandecerse y coger gustillo. Les echaré un par de valerianas porque la semana pasada, me salieron un poco nerviosos. Anda, ¿no habéis probado a poner una pizquita de valeriana en los guisos? No restan sabor y templan el ánimo; me lo enseñó Aurorita. Un día vino y me dijo”Lola cuando te notes alteradilla, ponte valeriana”… Claro, no me especificó en dónde debía colocar a la valeriana, así que decidí ponerla en todo hasta cuando pongo copas a los amigos… les dejo rasos con un toque de achispamiento controlado. Eso sí, como les he dejado medio lelos, me cuesta echarlos de casa.
¿Qué, a qué es genial leerme? Decidme que sí, qué más os da; haceis la obra de caridad del fin de semana… Tranquilos, son las seis y veinticinco de la mañana. Os dejo, voy a llamar a Mari Pili.
-Mari Pili, soy Lola. Que digo que…
-Lola, hazme un favor: vete a la mierda
-¿¿??
… Lo que digo, cada vez hay menos comunicación y humor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Claro que es genial leerte!!! Ni lo dudes un segundo. Oye, a mi eso de despejarme de madrugada, a veces, tambien me pasa. ¿ Será la edad ? . Menos mal que los maridos sirven para salir al paso de situaciones, digamos, poco deseadas. Y lo que le gusta a la gente escuchar que criticas a tu familia, si hablas bien se aburren y no te creen, y si hablas mal, aunque estes mintiendo, te creen. La verdad es que son muuu malos :)
Besos y buenos dias.

Nómada planetario dijo...

Es la leche como engarzas las ideas. Ahora las musas han pasado de mí.
Saludos.

William Manney dijo...

"Cada vez hay menos comunicación y humor"

Es un buen titular para que negártelo, ¿no? Pero debo decirte que discrepo en alguna que otra cosa. Hay mucha comunicación pero si te soy sincero poca es interesante. En resumidas cuentas lo que hay es mucha mierda, sólo que como a Chita la intentan revestir de seda y la espolvorean con perfume caro, con lo qe a veces más de una mente grogui cae en sus tentáculos y muere asfixiada _tampoco es que la gente haga mucho por soltarse_ sin paladear la información exquisita que pocos podemos saborear, sólo unos cuántos elegidos. ¡Qué triste sería estirar la pata sin disfrutar de una conversación agradable! Nada hay mejor que una buena conversación, sobretodo si la tienes con alguién del sexo opuesto al tuyo. Hombre y mujer nacieron para conversar. Se vuelve algo delicioso, ese es el verdadero sexo oral señores jeje...

Por otro lado, a mí el humor me pasa como con el arroz. Sí, no me he vuelto loco. Soy muy delicado con el arroz, es lo que nunca me pediría en un restaurante y lo que no me atrevo a comer fuera de mis fronteras caseriles. El arroz está bueno el que se hace en casa, porque fuera te puede parecer soso, duro, pasado, correoso, demasiado suelto... Pues con el humor lo mismo, pero una vez que degustas el arroz que es de tu agrado soltarías el tenedor para agarrar una pala y lo engulles con auténtica fruición. Tambiés se parece al arroz en otra cosa, si el arroz es bueno, es bueno ya en cualquier receta como el humor, lo hay de diferentes tipos: un arroz con bogavante, a la aragonesa con conejo, con pollo, en paella, en mi casa se hace uno muy bueno con las sobras del cocido... ¡joder qué hambre! Bueno creo que se me entiende jajaj

Pues yo pienso así, aunque parezca que todas las conversaciones me parecen de besugos y que tuve un trauma con el arroz a la cubana... Así piensa un servidor. Como dice la canción: "yo soy del sur y mis costumbres son esas y no las quiero perder.

Un beso electromagnético-facial