martes, marzo 11, 2008

LOLA EN DÍAS DE LLUVIA


¡Menudos truenos!, está cayendo la de San Quintín. Este tiempo es malo pues me dedico a hacerme psicoanálisis, y el pensar, siempre lo he dicho, es malo, más que nada porque te das cuenta de muchas cosas que no quieres ver, te molesta ser consciente de tus limitaciones y lo que es peor, de tus bajezas, aterrizas en el mundo de los humanoides que somos y es muy tomate. Os cuento, poneros un café...

Estoy apesadumbrada, sí. Me acabo de dar cuenta que en este basto mundo has de ser alguien para ser tomado en cuenta y así, poder disfrutar de la dicha de unas entradas gratis sin hacer cola y para colmo, no tener que pagar para ver la exposición del momento o, para que te inviten previo reconocimiento que eres el enchufado de fulanito de tal, a cualquier sarao divertido y jacarandoso o, sentarte en la zona VIP donde la gente huele a colonia cara y sus cabezas no te impiden ver lo que sucede en el escenario de la feria de vanidades.

A mí estas cosas no se me cae la faja en reconocer que me dan envidia, no siempre, pero sí en muchas ocasiones.En la soledad de mi alcoba me pregunto por qué nunca nadie me ha apadrinado y por qué yo no he hecho la imprescindible pelotilla o rosquilla a alguien para que se fijase en una humilde servidorcita y, de esta manera, entrara gozosa en “El gotha” de la suerte recomendada.

También me reflexiono y me digo que si hubiera explotado lo de ser “La mujer de perenganito” pues quizá habría saboreado las mieles, pero la miel no está hecha para la boca del asno y claro, Lola, simplemente Dolores, no la conoce ni el vecino de la esquina y por tanto, o juego a la lotería y una vez que me toque, doy un corte de manga a quien se me ponga en la punta del moño o, hago cola de un par de horas mínimo para ver la exposición. O, si voy más lejos en mis ensueños, una vez que me toque la dichosa fortuna, me monto una editorial con una campaña de marketing fabulosa y mis culebrones están de la noche a la mañana en las librerías.

Ser consciente de tu anonimato, lleva parejo la incertidumbre de tener que llegar a la tristísima conclusión que no me he de quejar, que a pesar de ser una vez más, masa para que los medios mediáticos me manejen como les venga en gana, tener que soportar la prepotencia de algunos y sentirte miserable por haber deseado semejantes banalidades, pues eres afortunada porque disfrutas del anonimato más influyente para que si lo deseas, digas en alto lo que opinas y nadie te lo tome en cuenta ni te saque los colores por la idiotez que has dicho. Desde luego, si es así, pues bueno, me tendré que conformar, pero ni San Pedro me quita la idea que ser el enchufado de perenganito debe ser estupendo, fijaros, el ahorro de esfuerzos que eso debe suponer.

No os creáis, también he pensado que no me he sabido rodear de gente influyente o de amigos con pasta para que me invitaran a su yate en las tardes de verano. Muy por el contrario, me he sabido barnizar de no sé que extraño mejunje para no abandonar mis ideas y tratar de ser honrada, para colmo ser sincera que no pocos disgustos me han acarreado y, rematando la jugada, amigos leales tan pringados como yo y que nunca me fallan.

En un día como hoy en que la lluvia nos acompaña, he de reconocer que los lamentos no sirven para nada, que soñar es fatuo y que lo más positivo es que me lave y me vaya a trabajar cantando bajo la lluvia como Ginger Rogers. En un rato libre, llamaré a un amigo, ese ser tan anónimo como yo pero que tantas gratificaciones me aporta. Procuraré no desmoralizarme y seguir escribiendo a pesar de que muchos me digan que mi vocabulario es vulgar, mi escritura mal construida y mi sintaxis penosa. No haré caso al hijo o esposo despechado que me dice que la comida está sosa, ¡joder!, échate sal y a mí mismamente me pondré la mejor de las sonrisas, me diré que soy tremenda y llamaré a Mari Pili para ver qué día le viene bien ponernos a la cola de la exposición.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es importante lo que los demás piensan de nosotros, sino lo que nosotros mismos sabemos que somos.
Saludos cordiales.
Alenarte Revista

Lola Bertrand dijo...

Los días de lluvia le ponen a una a pensar "cosas diferentes"
Yo en esta vida no quiero ser famosa, ya veremos en la siguiente.
Abrazos de mar.
lola