domingo, mayo 18, 2008

LOLA Y HANNIBAL LECTER

-Mari Pili llegas tarde; llevo esperándote dos minutos y treinta un segundos. Podías haberme avisado, guapa.
-Tardo más en llamarte que en llegar… Lo siento. La culpa la tiene mi tía Rufina.
-¿La del pueblo? ¿Se ha muerto?
-Lola, hija, te pareces a tu Pepe. Que sepas que no todo el mundo se muere.
-Mi Pepe dice que sí y sabes que sabe de todo.
-Pues mi tía Rufina no.
-¿Es incandescente?
-Dirás inmortal, Lola
-Eeeeso, Mari Pili.
-No, Lola, es mortal como todos.
-¿Ves como tenía razón Pepe?
-Pero es que mi tía aún no se ha muerto.
-¿Te ha dicho cuándo lo va a hacer?
-¿Hacer el qué?
-Morirse…
-No, no me lo ha comunicado. Ha venido a hacerme entrega de los restos del gorrino.
-¡Amén!... ¿Dónde vas a enterrar al cerdo?, ¿tienes ya ataúd?, ¿quieres que le diga a Pepe que te saque un ataúd de esos que tienen tara y los dejan a buen precio?
-¡Lola!... No necesito ataúd, ya lo tengo. De momento lo guardaré en la nevera.
-¡Qué horror, Mari Pili!, cada vez eres más excéntrica. Yo, desde luego, cuando se muera Pepe, no pienso guardarlo en la nevera. ¿Te imaginas abrir la nevera y encontrártelo entre la leche y las lechugas? Aimm…Por cierto, ¿vas a dejar ya para siempre al cerdo en la nevera? Tendrás que comprar otra.
-¡Por dios, Lola!, estás tarada. ¿Cómo voy a conservar toda la vida el cerdo en la nevera? Me ha traído las partes más buenas y me las iré comiendo, obviamente.
-¿Eres familia de Hannibal Lecter?
-Y tú, Lola, ¿acaso eres familia directa de los Gilipollas?
-No. Soy de la saga de los García… No te ofendas, pero lo que vas a hacer con el pobre cerdo, en mi tierra se llama canibalismo.
-Un poquito de por favor, Lola, ¿tú no te comes unas tapitas de jamón? Venga, contesta.
-¿Yo? Dios me libre. Sólo pensarlo se me ponen los pelos como escarpias.
-¿No te comerías, ahora mismo, unas rajitas de chorizo de esos que chorrean aceitito?
-¿Yo? Jamás…
-Y, ¿una morcillita bien lustrosa?
-Mari Pili, entérate de una vez que la caníbal eres tú, no yo. En mi casa sólo productos de la tierra: tomatitos, lechuguita, zanahorias…, y pare, usted, de contar.
-Entonces, explícame, Lola, de dónde, demonios, vienen esas morcillas que tienes alrededor de tu cintura…
-Mucho quieres saber tú… Hannibal Lecter, que eres calcadita a él.
-Lola, tanta grasa como tienes en tu cuerpo, sin mencionar la tripa de tu Pepe ni la de mi Paquito, no la generan las verduritas.
-¡Envidiosa!, cochina envidiosa. Lo que pasa es que tenemos carnes generosas que se reproducen por generación espontánea… Que lo sepas.
-Ya, ya sé cómo dices. Y la caníbal soy yo. En fin, qué paciencia he de tener contigo. Toma, te he traído unas pocas morcillas, un par de chorizos y un trocito jamón. Déjalo que se cure unos días.
-Mari Pili, ¿cómo voy a tener cachos del cerdo muerto a la intemperie? Trae, los voy a enterrar ahora mismo, ¡pobre animalito!
-Pero, ¿dónde vas a enterrar a los chorizos y a las morcillas?
-En mi estómago, Mari Pili. Ahora mismo me voy a casa y preparo un funeral como Dios manda. Sacaré vino de Ribera del Duero y regaré mi garganta para que corran los restos del cerdito. ¿Vienes?
-¿A dónde?
-Al funeral de tu cerdo, leñe.
-¿Y eso no es canibalismo?
-No, Mari Pili, es un acto de buena cristiana…
-¡Amén!, Lola.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

cristianismo inteligente, que se llama

amor

Lola Bertrand dijo...

hay que reirse aunque no tengas ganas... es genial...
Abrazos de mar
Lola

Nómada planetario dijo...

Yo también le haría un buen funeral al pobre cerdo, acertada elección.
Has estado sembrada, como siempre.
Besos.

Unknown dijo...

A mi me encanta el cerdo, pero chorizo, butifarra y todo eso tan magnifico e impagable, no debo comerlo. Y es que, aparte de tener unas arrobas de más, no acabo de digerirlo bien, y me vuelve, y me vuelve, y no quiero.
Besos.

Recomenzar dijo...

Aplausos y besos

Unknown dijo...

Tienes un premio en mis crónicas.
Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

No se me ha ido la olla, lee bien. Tienes un premio.
Besos.

Marta dijo...

Jajjaja, que paciencia tiene una y la otra!!!! jajajaj.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Muchísimas gracias a todos por vuetras lecturas y comentarios.
Un besote grande
Ah, y no se os olvide la sonrisa en el bolsillo, es fundamental para camninar.