viernes, julio 04, 2008

LOLA DE MADRUGADA

-Mari Pili… Soy Lola…
-¿Ya estamos otra vez, Lola?
-No te quiero molestar, sé que no es hora…
-No, mujer, sólo son las tres de la mañana. ¿Hoy qué, demonios, te pasa?
-Pasarme, lo que se dice pasarme, no me pasa nada. Simplemente necesito comunicarme, Mari Pili.
-¿Has tratado de conectarte con los extraterrestres, Lola? Me han dicho que están deseosos de intercambios.
-Es que seguro que no hablan mi idioma y, claro, no iban a entender lo que acabo de hacer.
-¿Qué has hecho?
-Un acto de amor, Mari Pili, pero muy, muy… muy acto.
-Ay, Lola, con lo estrecha que tú eres, cuéntame. Venga, habla, ¿has practicado las posturas del libro de López Ibor?
-Mari Pili pero, ¿en qué siglo te quedaste tú, maja? Si ese libro lo robamos de la estantería de Don Fulgencio, el profesor de latín, hace cuarenta años o así…
-Entonces, ¿has practicado Tantra?
-¿Eh? ¿Qué dices, chica…? A mí háblame en español o te cuelgo el teléfono… Vamos a ver, Mari: te estoy hablando de acto en mayúsculas; de amor elevado al cubo.
-Pues eso, Lola… ¿Lo has hecho vestida o desnuda? Yo es que me pongo velos…
-Yo en pijama… el de los ositos de colores, que es muy gordito y cerradito, pero el próximo día pruebo con los velos, quizá, así me anime un poco.
-Ay, Lola, qué seta eres y qué poco sexy… Y Pepe, ¿no te ha dicho nada?
-Estaba dormido…
-Ah… Y, ¿dónde lo has hecho?
-En la lavadora; he aprovechado que terminara de lavar.
-Y con el movimiento, ¿Pepe no se ha despertado?
-Nada, como un cesto.
-Pues vaya acto de amor en mayúsculas… Qué raros sois, Lola. Mira, yo he leído guiones del cine erótico, pero jamás una cosa así… Lola, ¿dónde ves tú ese acto tan grande y sublime?
-¿Me vas a decir tú, Mari Pili, que no es un acto de amor coser un botón de la gabardina de mi Pepe a la una de la mañana, aprovechando que mañana va a hacer un sol de justicia?
-Ah… Sí… Sí… ¿Cuántos orgasmos has tenido, Lola?
-Una hemorragia, Mari. He pasado de los espasmos al clímax. De la convulsión a la exaltación… Todo seguido y con el botón en mano.
-¡Qué grande eres, Lola!
-Ni que lo digas, Mari Pili… Buenas noches.
-Hasta mañana, Lola.

7 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

¡Y que grande eres tú, María Ángeles, hilando este relato con un diálogo que convoca a sonrisas orgásmicas!

Dylan Forrester dijo...

Interesante relato. Me gustó. Creo que los diálogos pueden enriquecerse más si le agregas monólogos a manera de intercambios tipo flashback. Tu prosa es depurada y en la perseverancia sé que puede dar para más. Adelante!

Un placer saber de ti y leerte por aquí.

Saludos...

CATI COBAS dijo...

Me encantó, Ángeles...Cati

Lola Bertrand dijo...

No pensaba reirme a estas horas de la noche, ya ves, pero me he tenido que reir.
Esta Lola no tiene fin...
Abrazos de mar
Lola

Marinel dijo...

Desde luego cómo enlazas las cosas para liarnos con las ocurrencias de Lola; que por cierto, las tiene de todos los gustos y colores, hasta orgásmicas con lo más impensable,jajaja.
Muy bueno, para no variar.
Besos.

Anónimo dijo...

Lo que yo digo: esta Lola no para. Ni se me hubiera imaginado ... :-)

misticaluz dijo...

Hola! vaya con la lola!! jajaja Aquí como siempre disfrutando de tus preciosas palabras!

Un abrazoo grandeee!