miércoles, octubre 18, 2006

LOLA Y LOS CARACOLES


-Monchita, soy Lola. ¿Estás muy ocupada?
-Sí, Lola, estoy pasando el polvo; tengo la casa repleta de suciedad.
-Pues bien, atiéndeme: deja el plumero y la suciedad; te son leales y seguro que cuando volvamos, te estarán esperando.
-¿A dónde vamos, Lola? Yo no me vuelvo a montar en coche contigo… Que lo sepas.
-Monchita no me seas borde… Vamos a salir al campo.
-¿A qué, Lola? Está lloviendo a mares.
-A coger caracoles.
-Ay, qué buenos. Genial, así haré una buena cazuela y nos chuparemos los dedos. Les hago con chorizo, un diente ajo, una re…
-Monchita cállate. No estoy hablando de cocina sino de negocios.
-Ah… ¿Vamos a cultivar caracoles, Lola? Yo no, me comen todo el jardín.
-Monchita déjame hablar, leñe… Vamos a coger caracoles, montañas de caracoles y, luego, separaremos la baba del caracol.
-¿Eh?, ¿qué dices?, ¿te has fumado un canuto, Lola?, ¿para qué queremos las babas? Qué asco.
-Monchita, Monchita, tanto escuchar la radio y no te enteras de nada.
-¿De qué me tengo que enterar que tú, que no escuchas la radio, te has enterado? Venga, dime…
-El extracto de baba de caracol, Monchita.
-¿Y?
-Tiene propiedades regenerativas.
-¿Y qué vamos a regenerar?, ¿a nuestros maridos, hijos, al mundo…?
-Llama a Pichu y a Mari Pili y que se vengan con la Termomix. Sacamos el extracto de baba del bicho, hacemos compota y lo vendemos como crema facial… ¿A que te he dejado pasmada, Monchita?
-Desde luego, Lola… Estás más sonada que las maracas del difunto Machín.
-No me valoras, Monchita… Siempre dándote motivos para que tú existencia sea vital y tú, desagradecida, me cambias por un vulgar plumero.
-No me remuevas la conciencia ni me comas el tarro, Lola, que te conozco.
-Entonces, ¿vienes?
-Va a ser que no, Lola
-¿Por qué, Monchita? Podemos negociar una salida digna para ambas: tú guisas caracoles y yo, con los míos, saco babas. ¿Vale?
-Vaaaaaaaale; siempre te sales con la tuya, Lola.


-Mami, ya estamos en casa. ¿Qué hay de comida? Tenemos mucha hambre.
- Puré.
-¿Sólo puré, Mamá?
-Si te quedas con hambre, te haces un bocata de mortadela y no me marees, ¿eh? Me he pasado, toda la mañana, cocinando para vosotros.
-Lola, el puré está un poco raro, ¿no?... Mira, parecen babas.
-Pepe, imaginaciones tuyas. Cuando termines el plato, pedirás un segundo… Ya verás qué rico. De todas formas, ya que me he puesto, he hecho mucho y lo he congelado.
-No haberte molestado, Mujer… Lola el puré está tan… No me salen las palabras.
-Papá no seas diplomático; está sencillamente asqueroso; parece como si nos estuviéramos comiendo las babas de un caracol. Prefiero la mortadela de oferta.
-Peluche, si te haces un bocata, hazme otro a mí, por favor, y no seas grosero con tu santa madre.
-Entonces, cómete tú el puré, Papá.
-No puedo… Ya sabes que tengo el estómago en otoño muy delicado.
-Claro y las babas te sientan fatal.
-Sí.
-Qué morro, Papá.


-Monchita, soy Lola. ¿Qué tal los caracoles?
-Riquísimos y, ¿los tuyos?
-Una mentira lo que dicen en la Radio: mis hombres no se han regenerado; siguen siendo igual de bordes.


No hay comentarios: