LOLA EN LA POBREZA

-Porque estoy en la ruina, Mari Pili, si no, contrataría un detective.
-¿Para qué, Lola?
-Es que me espachurro los sesos y no me puedo creer que Pepe no tuviera un seguro, unos ahorrillos escondidos... Él era insufrible, pero casi perfecto, Mari Pili.
-Aquí hay tomate, Lola.
-¿Qué quieres decir con esa cara de enjambre misterioso? Mari Pili desembucha...
-¿Y si Pepe tenía una amante?
-Aimm... ¡Capullo!
-¿Y si Pepe pensaba fugarse con sus dineros?
-Aimm... ¡Cabronazo!
-¿Y si Pepe, que era muy pío, entregó sus ahorrillos a la Iglesia?
-Aimm... ¡Gilipollas!
-¿Y si se lo dio a los pobres?
-¡Ah!, por ahí no paso; más pobre que yo, están los negritos de África y luego yo.
-Pues a África, Lola.
-Mira que me voy de safari a que me devuelvan algo... ¡Lástima!, ¿cómo se lo voy a quitar a los negritos?
-Eso, Lola, que tú tienes buen corazón; me siento orgullosa por su generosidad.
-Ni generosa, ni buen corazón; estoy rabiosa. Me siento despreciada, marginada y humillada... Me siento caca, Mari Pili.
-Caca arruinada, saqueada por una amante oculta...
-Me niego a pensar que mi Pepe me engañara con otra... ¿Y si me ha engañado?
-Te recuerdo que eras una lija con él, Lola.
-Pero bueno, Mari Pili, ¿tú, de parte de quién estás?
-Es que me da tanta pena tu Pepe...
-Anda ésta; quien te tiene que dar lástima soy yo. Él se ha largado, alguien se está beneficiando de sus dineros y yo en la indigencia, más quemada que un pulpo a la brasa.
-¿Y si vamos a un sindicato de viudas damnificadas a que investiguen?
-Mi Pepe era todo un gentleman, no me ha podido dejar así...
-Menos cuando le mandabas a la playa con sandalias de goma y calcetines, ¡era un cuadro!
-Mi Pepe se resfriaba con facilidad y yo le cuidé muy mucho hasta que decidió morirse sin contar conmigo... Cuida cuervos y, luego, a la cola del paro... Qué lástima me doy ser tan gilipollas en una sola vida.
-Lola, ¿de qué vas a vivir?
-Las pensiones están en el 52% de la base reguladora de los causantes de la pensión, lo que, en el mejor de los casos, me deja una mierda de 492 euros..., pero Peluche ha hecho los cálculos y exactamente me tocan 300 euros..., ni para pagar la hipoteca.
-¿Qué vas a hacer, Lola?
-Fugarme, es lo único que se me ocurre... Mari Pili, ¿y si me hago yo la muerta? Lo digo para no pagar la hipoteca.
-Más muertes no, Lola, mi cuerpo no está preparado. La solución es buscarte un amante rico; le sacas el dinero y luego te largas.
-Mari Pili, ¿a las tres semanas de morirse Pepe?, ¿no es un poco fuerte?... Normalmente, ¿cuánto tiempo es el luto oficial?
-Tres días, Lola, y con bandera a media asta.
-Ay, Mari Pili, que no le puse la bandera a Pepe... Espera, voy al armario de la cocina a ponerle la bandera... Oye, ¿y de dónde sacamos al hombre rico? Yo los que conozco son pobres y casados, y muy feos y gordos, bajos, calvos... Ay, son muy asquerosos, dan ganas de meterte a monja beata.
-La belleza es lo de menos, Lola. Cierras los ojos y haces un sacrificio; lo importante es que tengan pasta. Igual que en las universidades hay bolsa de trabajo, ¿no habrá un club de viudas con bolsa de hombres? Puedes preguntar a tu madre, lleva muchos años viuda.
-Mejor no. Sabes cómo es y me presenta a un cenizo y para cenizo, las cenizas de Pepe... Ya está: pongo un anuncio.
-Síiiiiiiii, que ponga “Viuda maciza, busca hombre con lujos”
-deja, deja, que vete tú a saber qué entienden por lujos... Lo mejor es que venda la casa, el coche, todo.
-Eso, hasta las cenizas de Pepe.
-Eso, jamás... Al menos hasta que me diga dónde están sus dineros. Luego, quizá, le tire por el retrete por haber sido tan capullo.

… Pepe, ven para acá. ¿Me vas a decir dónde tienes los dineros, o te hago puré de cenizas y se lo doy a comer a mi madre?... ¿Qué decides?